lunes, 20 de enero de 2020

La poética cabalística de Harold Bloom

                                                                                   Harold Bloom
Por: Ennio Jiménez Emán


          Harold Bloom fue un crítico estadounidense (recientemente fallecido en 2019) ampliamente conocido por el público literario, gracias a libros suyos como La angustia de las influencias, El Canon occidental, Los poetas visionarios del romanticismo inglés, Presagios del milenio, entre otros de sus muchos títulos publicados. Bloom se destacó en el campo de la crítica literaria actual por sus originales teorías sobre la creación artística y poética, el lenguaje y la crítica desde una metodología interdisciplinaria que abarca el estructuralismo, el psicoanálisis, el análisis socio-histórico, el retórico, entre otras disciplinas. Así, siguiendo a Freud, a quien Bloom sitúa como uno de los últimos grandes representantes de la tradición literaria de Occidente, y entendiendo el psicoanálisis como una teoría retórica de los tropos literarios (Bloom elabora una suerte de psicoanálisis de la historia literaria occidental) puede deducir toda una teoría-catástrofe de la creatividad, diciéndonos que el arte es una angustia y el significado una catástrofe para la supervivencia del yo creador, ya que todo creador  se encuentra con la angustia de las influencias en él de creadores anteriores y trata de ocultarlas; entonces, existe en nuestra psique "una compulsión de repetir que anula el principio del placer." Esta compulsión de repetir será lo demónico: la muerte equivaldría al significado literal, y "el eros es el equivalente del significado figurado". De esta manera, el lenguaje, el discurso, el texto, de cada creador está íntimamente ligado al de sus predecesores en el corpus global de todo un sistema literario, donde los discursos se interpenetran unos con otros en el marco de una historia literaria particular, sobre la que el crítico arrojará luz al deslindar y desglosar las diferentes categorías en los diversos contextos literarios.
          Una particular y sugestiva teoría poética nos plantea Bloom en uno de sus libros, La cábala y la crítica, haciendo una lectura muy libre y contemporánea de la misma y alejada de la tradición interpretativa -esotérica, mística, de exégesis religiosa- que de ella hace el judaísmo, aunque apoyado en algunos teóricos hebreos (Cordovero, Luria) y sobre todo en los paradigmas exegéticos propuestos por Gershom Scholem en sus diversos estudios sobre el gran libro judío, y que fueron agrupados en un denso volumen: Kabbalah (Quadrangle, The New York Times Book Company). Para Bloom la Cábala contiene toda una teoría de la retórica y del lenguaje figurativo, que viene dada a través de los conceptos, tropos e imágenes, y en los cuales él escudriñará para construir un modelo de interpretación de los textos literarios.
          La Cábala, elaborada por inspirados rabinos y cuya versión completa aparece en el siglo XIII al sur de Francia (Provenza), contiene las enseñanzas esotéricas judías referentes a Dios y sus creaciones. Significa "tradición", y su corpus conceptual está basado en los escritos apocalípticos, el primer capítulo del profeta Ezequiel y el primero del Génesis, además del fermento teosófico y místico legado por el Gnosticismo y el Neoplatonismo. Desde el Renacimiento hasta nuestro días, ha sido fuente de inspiración, sobre todo, para los poetas, quienes además de la atracción de las ideas ocultistas, han demostrado igualmente inspiración y atractivo por su lenguaje y su armazón formal.

 
                                                                                    Harold Bloom
       
          Bloom rastrea los orígenes de la Cábala en el Sefer Yezirah (Libro de la Creación), escrito en el siglo II por el rabí Akiba, martirizado por los romanos, y en el Sefer ha-Bair (Libro Resplandeciente), escrito en el siglo XIII, y que evolucionaría rápidamente hasta convertirse en el Zohar, o Biblia de la Cábala, escrito por Moisés de León entre 1280 y 1286 en Guadalajara, España. La Cábala Segunda o moderna fue escrita casi completamente por Isaac Luria en Palestina (1534-1572); de ella, entre otras cosas, surge el hasidismo.
          La opinión de Bloom es que las Sefirot, concepto o imagen central de la Cábala clásica o Zohar, atributos del creador o Ein-Sof  ( "Sin Término" ) que generan del centro infinito hacia una circunferencia finita -y a través de las cuales está estructurada toda la realidad-, funcionan asimismo como imágenes o tropos poéticos que sustituyen a Dios. Un poco alejado de las interpretaciones esotéricas que casi no les dan importancia, o que consideran a las Sefirot como herramientas del creador o personificaciones alegóricas del mismo, Bloom dice que Dios y ellas son una misma cosa, haciéndolo pensar que igualmente "Dios y el lenguaje son una sola y misma cosa".
          Así, las Sefirot son diez imágenes de Dios que mantiene una dialéctica entre los significados literales y figurativos dentro de cada Sefirah -singular de Sefirot- y de las que las siete menores derivan de las tres superiores. Las Sefirot se agrupan en un árbol que se puede leer de arriba hacia abajo, y en que cada Sefirah va generando otra y contiene a su vez a todas las demás. Sus nombres son: 1) Corona Suprema, 2) Sabiduría, 3) Inteligencia, 4) Grandeza o Amor, 5) Poder o Juicio, 6) Belleza o Misericordia, 7) Victoria o Aguante Duradero, 8) Majestad, 9) Fundación, 10) Reino. Como los principios de construcción de ellas se hacen por analogía, Bloom las hermana al lenguaje poético y las define como tropos retóricos, siendo en la Cábala "canales sobrenaturales de influencias (o retóricamente hablando, poemas divinos, cada uno un texto en sí mismo)." De esta manera, las Sefirot, que funcionan como tropos poéticos en la creación, son las imágenes que sostienen y dan consistencia a la escritura de cada creador.Por identificación analógica, las Sefirot pueden considerarse como influencias de escritura de unos a otros autores, así como ellas van emanando a partir de Dios al hombre. De aquí que Bloom infiere que "todo nuevo poeta trata de ver a su precursor como al demiurgo y busca contemplar más allá de él al Dios desconocido, sabiendo a la vez, secretamente, que ser un poeta fuerte es ser un demiurgo." Bloom entiende por "poeta fuerte", a un autor de escritura paradigmática en la tradición literaria occidental, precursor, por ejemplo Homero, Virgilio, Dante, Shakespeare, Donne, Whitman, Rilke, Pound, etc.
          De esta forma, el significado de un texto moderno sería un significado errante -como el exilio judío- y "que va como la humana tribulación o el error, de texto en texto, y dentro de un texto, de figura en figura". Si atendemos a lo que nos dice Bloom de que "Un poema constituye una mala interpretación profunda de un poema anterior, cuando reconocemos que el poema posterior está más bien ausente que presente en la superficie del poema más antiguo, implícito y oculto en él, aún no manifiesto, pero no obstante allí", entonces podemos encontrar, por ejemplo en la literatura inglesa en poetas fuertes como Browning, Swinburne o Yeats, influencias ocultas de Shelley, aun cuando ellos tengan estilos prácticamente antitéticos al de Shelley o hayan negado su influencia. Este último es el precursor. Muchos autores tratan de ironizar a sus precursores con la intención de no hacer notar su influencia, pero es precisamente este ocultamiento de la influencia lo que hace posible que ella se manifieste. Esta teoría poética se aplica sólo a los poetas "fuertes", y no a los poetas "menores" o menos influyentes que son la mayoría, y que presentan todo tipo de influencias, de su tradición poética nacional y de literaturas foráneas, y las aceptan abiertamente. 
           Bloom casi niega la originalidad de toda escritura poética: así como cada Sefirah contiene a las demás anteriores, los poemas se repiten, desde siempre, unos a otros, llevando al crítico estadounidense a "considerar la historia de la poesía como una guerra civil interminable, defensiva, de hecho, una guerra entre familia", por negar o superar las influencias. Cada autor está influenciado por uno o por muchos autores, que a su vez estuvieron influenciados por otros. Bloom piensa que en nuestro tiempo, influencia ha pasado a ser una palabra chocante, sobre todo porque cada quien se cree poseedor de ideas propias, porque la mayoría de los poetas se creen genialmente originales. Así, la "influencia" es el Yo Soy del discurso literario: la primera Sefirah de la Cábala, la Corona Suprema, la absoluta ausencia y la presencia absoluta. La noción de "influencia" , parte entonces de la "mala lectura" que ese alguien que va a ser un poeta fuerte, hará de otro poeta fuerte anterior (o de varios poetas fuertes antecesores), ya que "leer un texto es necesariamente leer un sistema entero de textos." Sería bueno aplicar esta teoría de la influencia desarrollada por Bloom, a los poetas de habla hispana, de España y Latinoamérica e investigar cuáles son los poetas fuertes, y cuáles los epígonos que se creen poetas fuertes y no lo son, creo que hay más de estos últimos que de los primeros.

(Dedicado a mi hermana María Auxiliadora Jiménez Emán, estudiante de ciencia cabalística)

                                Árbol cabalístico


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